Por falta de tiempo, no comento en estos momentos este magnífico artículo que, especialmente, me llega al alma. Copio abajo el comentario que hice en ”eldiario.es”:
”Precioso, Rosa. Emotivo en tantas cosas en que me encuentro reflejada, y tan bellamente relatado…
…Para descubrir que la máquina del tiempo nos ha llevado a un pasado superado por los esfuerzos y la lucha de los que nos precedieron. Da la impresión de sentirnos como Sísifo, tras el descomunal esfuerzo hasta conseguir que la enorme piedra alcance lo alto de la montaña, observar con dolor cómo esta vuelve a rodar hasta la base, y vuelta a empezar…
El color del dinero es de lo único que saben e interesa a estos perversos. ”No tienen corazón – su función la realiza el esófago-” (¿te suena?)
Y la vuelta de Esperanza, que nunca se fue, exigiendo más, en una especie de locura, ”como si hubiera inhalado las cenizas de Thatcher”, es la gota que derrama el vaso de esta psicopatía que nos atenaza.
Más que nunca estos momentos son insufribles. Ya puede jugar el Madrid o el Barça. Todo da igual, no me interesa, eso es más bien cosa propia de los percebes -¡con la que en este país está cayendo!-. A quienes tanto nos ha costado este largo trayecto no tenemos derecho a mantenernos resignados y con la boca cerrada. Ni podemos ni debemos. Nuestro interior nos impele a nadar contracorriente, como los salmones.
Trabajaron y lucharon nuestros padres. Sus vidas siguen siendo para mí el mejor de los ejemplos. Por ellos, por mi propia dignidad, por evitar que sigan cercenando los derechos más elementales de mis hijos, su futuro de trabajo y de libertades, no me queda más remedio que decir ¡basta! Y ello con todas las consecuencias, que no es poco.
Felicidades una vez más por esta forma de ser, por desbrozar el trigo de la paja tan sabiamente, y por escribir tan exquisitamente bien.”
A todos, amigos, que en este espacio de RMA solemos encontrarnos, os pido que no dejéis de leer el último libro de Rosa, SALMONES CONTRA PERCEBES. El esfuerzo de RMA por abrir caminos de conciencia hacia la plena libertad, a través de sabias reflexiones sobre esta realidad propiciada por los mismos de siempre y dispuestos más que nunca a acabar con buena parte de la ciudadanía, y sin corazón (los percebes no lo tienen) para con los más vulnerables, ha culminado (el esfuerzo de Rosa, decía) magníficamente. Estoy releyendo el libro, hay capítulos tan espléndidos y tan bien escritos, que necesito de su relectura para afianzar todavía más mis ideas.
Gracias, Rosa.
A todos, un cariñoso abrazo.